miércoles, 12 de febrero de 2014

Personas y Cosas

Ayer asistí al funeral de la madre de un buen amigo. Señora mayor de esas que han sido guía y soporte de toda la familia, referencia insustituible. Le llegó la hora. Era mayor. En este principio de año, aunque sea una hipérbole imposible, la muerte ha estado muy presente en mi vida. Estuve ingresado bastante enfermo en el Hospital, en el área de Urgencias, donde durante cinco interminablesdías, altiva con su afilada guadaña, cada noche, se llevaba a uno de mis compañeros de penas. A la vuelta al trabajo, no había un día donde no oyera que alguien había fallecido: el padre de fulanita, el suicidio de la hija de sutanita y una poco inusual ristra de decesos extemporáneos. Mala cosa, pero cosa al fin y al cabo.

Fue en la carretera donde la vi más de cerca. El coche que venía de frente se cruzó por delante, y como un premeditado misil, impactó sobre una iluminaria gigante que arrancó de cuajo. El coche se tornó un amasijo irreconocible. Sin embargo, la señora oscura esperó a que yo llegara al coche para auxiliar a un chico de 26 años. Venga chaval, que ya te vamos a sacar de aquí, le mentí con voz temblorosa. Un ruido gutural, un estertor final mientras le cogía la mano, señaló la presencia del barquero pidiendo su moneda. Se fue y su calor se tornó frío, tanto como el que nos rodeaba. En el maletero descubrí una jirafita y una muñequita, tal vez de su hija.

Eso es la vida, un instante; ahora estás vivo, ya no lo estás. Para algunos, la vida, continúa en la eternidad, para otros resucita en múltiples reencarnaciones y según quien piensa que el regalo de la vida tiene un principio al abrir los ojos y un final al cerrarlos por fin. Nada más. En cualquier caso, en un instante todo cambia.

El cura era joven, con el pelo largo, una especie de Camilo Sexto con gafas. Justo antes de dar la misa, se encontró en la M30 un accidente. Bajó a auxiliar, aunque el chico de unos treinta años había ya fallecido al chocar su moto contra un vehículo. Otro más. Venía impactado. Nos contó que estaba aún impresionado. Es un instante donde todo cambia. Era el momento de reflexionar.

Ahora lo tenemos todo, ahora no somos nada. Es difícil llegados a este punto encontrarle sentido a la vida. Porque es como leer la hora en un reloj y deducir el mecanismo. El sentido de la vida se dibuja día a día, se colorea año a año y se disfruta justo antes de cruzar el lago subterráneo, como el artista que contempla su obra finalizada. De ti depende que te guste o no, que te sientas orgulloso de lo que ves.

He oído por ahí, y no se muy bien a quien, aunque no se si verdaderamente importa, que las personas fueron creadas para ser amadas y las cosas para ser usadas, pero lo que realmente hacemos es amar las cosas y usar a las personas. Qué cierto es. No creo que esto sea un problema moderno, aunque si agravado por la democratización del acceso de las personas a todo tipo de cosas. Pero el cura majete del funeral dijo algo aún más acerca de las cosas: el drama moderno es el de acaparar cosas y de no disponer tiempo de disfrutarlas. Qué cierto es.

¿Cómo es posible que algo tan evidente como lo anterior no se pearmeabilice dentro de nosotros mismos? Es tan evidente que deberíamos pensarlo a cada minuto y que ese pensamiento nos guiara. Sin embargo nos guía este otro: ¿Qué (cosa) necesito para sentirme mejor?¿ Por qué no dispongo de lo que los demás ya tienen?

Adivinad, lo sé. Conozco la respuesta. Es porque decidimos de forma voluntaria recibir en lugar de dar. Nuestro éxito depende de lo que recibamos, no de lo que damos. Depende más de lo que tenemos, que de lo que somos. Creemos que somos lo que tenemos, y es por eso que cuando morimos, cuando ya nada poseemos, ya no somos nada. Por eso amamos las cosas que tenemos aunque no siquiera las disfrutemos. Por eso usamos a las personas, porque aunque no se puedan poseer, nos permiten obtener las cosas que deseamos.

Entonces, hacedme caso y dad lo mejor de vosotros a los demás. si así lo deseáis regalad lo que os apetezca, ya sea una cosa o una sonrisa. Os aseguro que se os recordará. De cualquier otra forma pasaréis a ser parte de la Memoria Perdida, exactamente igual que las cosas.

Por eso os regalo la vida después de un mes de ver de cerca a la muerte, por eso os regalo esta frase:

Llega a la noche contemplando tu obra del día, lo que has hecho desde que te levantaste por la mañana. Si no te gusta, ahora descansa, perfecciónala por la mañana y compruébalo por la noche.

Buenas noches, Felices mañanas.



1 comentario:

  1. Hay que disfrutar la vida!
    Cada segundo de vida, tenemos la oportunidad de entregar, de ayudar, DE DAR!
    Dar, alimenta el alma.
    Hacer felices a quienes te rodean, es la clave de tu propia felicidad.
    En tan sólo segundos, la vida puede cambiar radicalmente...
    Si mueres... No te cambia la vida... Simplemente se acaba...
    Con lo cual, si nuestra vida cambia de un momento a otro, y seguimos con vida, da igual de que manera sigamos, aún tenemos la gran oportunidad de cambiar el futuro cercano, y crearnos un mejor destino, teniendo muy en cuenta, lo aprendido de lo vivido.
    Pero si la vida se nos acaba... De todo lo que dimos, enseñamos, y compartimos, otros seguirán dando, y habremos dejado un gran legado!
    Y sólo por eso, por todo lo que dimos, seremos recordados,
    Gracias por compartir este artículo Daniel.
    Me ha llevado a reflexionar, a mi, ya me has dado!!!

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